miércoles, 14 de junio de 2017

# Sunshine

¿Por qué será que la gente tiene miedo al tremendo silencio que conlleva la soledad iluminadora? La recompensa que ofrece esta es una paz inmensa, qué menos que intentar aprender que el odio es un lastre, que el mundo es demasiado bonito para rechazarlo, que la vida es demasiado corta para ignorarla, para excusarnos en viejas historias, en lamentaciones propias de niños y enfermos, de déficits de atención... me siento más grande que nunca y aunque pase tiempo sola no estoy sola, me estoy expandiendo. Estoy creciendo. Mi silencio empieza a ya no ser ruido hacia dentro.

martes, 13 de junio de 2017

# Expansión

'Créeme si tiemblo, créeme si callo... estoy dialogándo con mi otra mitad, -la que si hubiera llevado una vida de manual nunca debería haber nacido-, sobre por qué siempre hago lo que puedo para hacerme daño, dándole las gracias por dejar que me afloje la soga que me aprisiona y contándole todos mis sueños nuevos, que con el tiempo estoy aprendiendo a sacar la rabia y la pena y la felicidad y el asco, a mi: y es que la vida es tiempo, lo que pasa mientras tomas decisones... Empiezo a comprender la fragilidad de los segundos y la inmensidad de una existencia.

Y tú, que estás leyendo esto, te he abierto las puertas, entra, esta es mi cabeza, perdona el desorden...

miércoles, 7 de junio de 2017

# Déjavù

'La nostalgia huele a flores muertas. El naranja significa VOLVER. Me suicido todos los días a las 4 de la mañana. Mi letra no me sirve porque las cartas de amor son igual que las cartas suicidas. Esto es otro poema a medias, como viajar en tren. Esto es un poema que iba.'
Esto era un poema que nunca supe empezar y que dejé como a mi misma, por la mitad, porque tampoco sabía cómo quería acabarlo; y quiero volver a intentarlo;

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La nostalgia huele a flores muertas. El naranja significa VOLVER. Me suicido todos los días a las 4 de la mañana. Mi letra no sirve de nada porque las cartas de amor son iguales a las cartas suicidas, pero ahora esto se transforma en otro poema de tantos que no dejé a medias, ya no se asemejará a las tiernas heridas de la niñez que dolían como viajar en tren sentados en dirección opuesta a la marcha, con el tiempo aprendes que recordar es una actividad mucho más psicótica que olvidar, que existen noches enormemente sádicas donde puede salvarte el instante más apasionante, nunca supo tan dulce el pánico. ¿Qué tienes, que ninguno ha podido fingir?, ¿qué va a pasar cuando seas mi rosa y mi zorro y mi aviador y mi planeta?
Cuando llegaron a la Luna yo ya vivía allí, pero a mi la camisa de fuerza me queda grande cada vez que me miras: quédate, no sabes cuántas flores nos quedan por sembrar en nuestros jardines, me has llenado la cabeza de flores, el corazón de maripoas y el estómago de pájaros... lo tengo todo, tú quédate, "yo me encargaré del resto"

lunes, 14 de noviembre de 2016

# Tonto

Besar para besarte es besar y besar de verdad es quedarse de puntillas el resto de tu vida, y no otra cosa y yo nací funambulista y ando de puntillas de punta a punta de tus costillas... 
Verte feliz es mi panacea.
Sonríeme, sálvame la vida.
En esta tabla cabemos los dos, Jack Fisherman.
¿Quieres ser mi primavera?
Te quiero tonto. Y besarte es volverse loco. Te quiero tonto, y besarte es todo lo que necesito. Te quiero tonto, en tus días grises y con tus tonterías.
Te quiero tonto. Tonto.
Y besarte es el cielo.

lunes, 7 de noviembre de 2016

# Paulov

Hoy Madrid huele a no me compares con nadie, a la insatisfacción en los espejos, la ausencia de pilares, a no tienes ni idea de cómo hubiera matado por tener tus manos aquellas noches donde sólo me arropaba el frío. Pero créeme, a Madrid le disparé en la nuca y lo dejé morir.

Madrid fue transición, una estafa, un duelo. 
Lo siento, de verdad, 
pero es que yo ya odiaba a Madrid desde antes.

El primer día que pisé Madrid lloré,
 el último no, y eso dice todo lo que tengo que decir.

Que me matan las ganas de comerme el mundo si empiezo por tu boca, no me jodas, insaciable, quererte es echar amor a un saco roto... No bautices esto aún como naufragio, todavía hay remolinos en ambos vientres, alimentándose de las dulces mieles del amor... ¿Cómo puede alguien enamorarse del veneno, del rechazo?

Ni París es tan bonito ni yo he amado después de ti. Vivo en pompas que explotaban cada vez que volvía a verte. Es siete de noviembre, siempre llego tarde, pero este es mi sueño, a prueba de balas, y esta tu vendetta...

¿Pero cuándo hemos acabado tú y yo?
Como si por decir adiós se estrangulara al corazón.

Da igual lo que escriba, lo que salga de mi cerebro exprimido, todo esto es un fracaso, no ves más allá de cíclope, no ves más allá de lo de fuera. Sé que me comprendes.
No puedo querer a nadie que no sea capaz de matar por ti, y eso me incluía a mi.
No puedo querer a nadie que no sea capaz de morir por mi, y por desgracia, eso no te incluye a ti.

Pero siempre es así, por la noche mientras llueve o por las mañanas cuando la gente
parece ser feliz de otra manera, nosotros siempre igual, tú tirando de un extremo de la cuerda y yo del otro, y cada uno tirando con toda su fuerza. Creo que después se rompe y no gana nadie, nunca gana nadie, siempre dos almas partidas, parecidas y esparcidas. Equidistantes. Nos poseemos pero nadie es dueño de nadie, sólo somos dos animales que se muerden y rasguñan, y después lloran mientras ven cómo el otro sangra...

Pero aquí seguimos, tú donde no quiero que estés, y yo donde no quiero estar.

Vete, ven, vuelve. 
Reléeme...
Elige tú al gato, ¿vivo o muerto?


Yo ahora soy como el perro de Paulov.

jueves, 11 de agosto de 2016

# Si me dices ven... Pero dime ven...

Me quemé con las cenizas de aquel amor al que prendimos fuego. A veces llegabas tarde y me acariciabas cuando dormía. No creo que haya una forma más bonita de decirle a alguien que le quieres.
Y me querías. Aquellas noches.
Yo nunca supe lo que sentía por ti, porque nunca lo había sentido por nadie. Entonces estaba perdida, sí, pero jamás deseé tanto que no me encontrasen .

Fue maravillosa, (y te lo digo ahora cuando ya es tarde),
esa forma de matar a la tristeza...