lunes, 9 de diciembre de 2013

# Plan E: Espérame.

La distancia es un trapecio y tú el equilibrista sin otra red más que mis brazos, yo la foto en blanco y negro de unos labios que se muerden y que están ya destrozados de no besarte.
-Y solo ha pasado un día-

Sólo espero que el invierno te trate bien hasta que pueda calentarte las manos yo, y jugar contigo a no mirarte a menos de dos milímetros, ya verás cómo encajan las grietas de nuestros labios, ya... Y a lo mejor me equivoco, pero sé que te quiero porque el corazón quiere salírseme del pecho y por primera vez desde hace muchísimo tiempo, no me duele.


# Los ojos más bonitos del mundo.

Déjame ser tu lugar, allí en donde se mezclen tus deseos y las ganas que te queden de soñar, donde juegues conmigo a morir en pequeño y después a resucitar.
Déjame amanecer en tus labios, ya sea en forma de verso o de beso, pero déjame hacerlo que tengo cosas que contarte con los dedos, y un susurro por desenredar sobre tu cuello.
No podría pasarme la vida tirándome por precipicios, pero he vuelto a imantarme al de tus ojos, y... Ay cariño... Qué suicida he sido siempre, así que ven, déjame lanzarme en ellos, 
-como si no existiera nada más-, 
que quiero ser tu kamikaze.

Tal vez un día,
sobre tus piernas,
y entre tus brazos,
te de la mano...
Y créeme,
entonces, ya podré morir en paz.

Corazón, que si es por ti,
y si es contigo...
La vida habrá valido la pena...
La muerte cobraría sentido.


[How wonderful is life now you're in the world]




domingo, 8 de diciembre de 2013

# "¿Puedo ser eterno a tu lado?"

Con la sonrisa tonta de quien se enamora por segunda vez de la misma persona, así yo después de abrazar tus labios con los míos. Así yo, como una cría de quince años que ve por primera vez un cuerpo desnudo, pero con tus ojos.
Te necesito cariño, no sé si es bueno o malo, pero le pese a quien le pese estoy imantada a tu ser, y si se trata de besarnos que siempre nos falte tiempo.
Quédate mi reloj, quédate mis besos, quédate la parte de mi que no sabe ser sin ti, amor, que me mata saberme tuya y que tus manos me queden tan lejos, aunque sólo por ahora, quédate con todo porque todo lo mío quiero que sea tuyo, y porque quiero que tu pronombre personal y el mío dejen de ser por separado para ser juntos un pronombre personal de primera persona y en plural.
¿Qué me estás haciendo, mi vida, que ya no sé llorar si no es porque me faltas?
¿Qué es esto, que no me deja dejar de pensar en ti?

Eres lo más cerca que he estado de mi, y por favor, no importa qué, pero no intentes nada lejos, que me voy a perder si desapareces. Quédate conmigo, hasta que te canses de mi, hasta que mis ojos no te procuren felicidad, condéname a salvarme, pero a salvarme contigo, que eres el vicio  más bonito que puedo tener y no quiero terminarme sin cobrarle a tus labios tus miradas.
Creo que aquí entra en juego de nuevo nuestro bucle...
"Que siempre nos falte tiempo si se trata de besarnos".

Joder...
Que me matan las ganas de comerme el mundo,
si empiezo por tu boca.
Te quiero#


sábado, 7 de diciembre de 2013

# Mi villano favorito.

Eres mi bucle favorito.
No sé cómo lo haces, ni qué tipo de droga eres, no sé clasificarte, y tampoco archivarte, me vuelves loca.
Me desbloqueas a tu antojo, me corrompes, y haces que me olvide de todo sentido común.
Creo que se me ha empezado a ir de las manos, y maldito tú, que nunca te has ido de mi cabeza.

Se nos ha quedado corto el tiempo para darnos todos esos besos que nos debíamos, los que nos faltaron, los que guardamos para otro día... Pero es que creo que siempre se me va a quedar corta la vida si se trata de darte todos los besos que quiero darte.

Y qué putada que cuando me abraces me sienta un poco menos rota, porque nada ha conseguido hacerme sentir como me haces sentir tú.
Qué ganas tengo de comerme el mundo si empiezo por tu boca... Y qué mal, porque como siga pensando en ti voy a quedarme sin labios...
Tengo mono de ti, y no sé si es bueno pero tampoco le presto mucha atención a ese pequeño detalle, porque sé que cuando llegas tú, y haces trampas, y juegas sucio, y te acercas, no me importa una mierda si se parte el mundo, sólo quiero congelar ese momento, y quedarme ahí, contigo.

-Para el tiempo... 
+No puedo... 
- Inténtalo...
[Y me quitó el reloj]

martes, 26 de noviembre de 2013

# Ojalá fuera un pez.

Dicen que los peces tienden a crecer más conforme más grande sea el espacio que poseen, y me he dado cuenta de que quizá mi problema sea que yo necesito más espacio para crecer, que estoy creciendo y siento que la pecera se me queda pequeña. Muy pequeña. Y me estoy asfixiando.
Esta encerrona me provoca el mismo dolor que el que debe sentir un pez enredado en un aro de plástico de las latas que nunca cortamos los humanos antes de tirar a la basura: Siento que se me queda todo pequeño. Que necesito libertad, expandirme, crear y dejar de creer, espacio.

Necesito salir de las mismas caras, de las mismas calles, los mismos amaneceres y las mismas repeticiones de siempre. Estoy cansada de los malos gestos y las malas caras porque soy un pez morado dentro de un estanque de peces naranja.
Estoy harta de lo mismo de siempre, necesito cambio y expansión, y no hablo de cambiar de pecera, no, hablo de salir de aquí, de romper los cristales, de nadar por el caos, y llegar al mar.
Ser un pez independiente.
Ser libre.
Ser yo.

Dicen que los peces lo olvidan todo cada tres segundos.
Ojalá fuera un pez.



domingo, 24 de noviembre de 2013

# Scars.

No quiero despertarme con nadie en la cama porque creo que ni si quiera quiero despertarme.
Sólo me apetece quemarme los labios, hacerlos sangrar y seguir quebrándolos como si fueran papel.
Quiero ser una cerilla y astillarme, partirme, y dejar de ser.
Porque hay días en los que ni si quiera dormir alivia y hoy tengo la esperanza muerta.
¿Cuánto llevo así?, ¿por qué empezó todo? No lo sé, y creo que no hay peor duda que esa.

Tengo aparentemente todo, y yo no siento nada, -creo que debería marcharme-, estoy cansada de todo esto, y el problema no es el problema, el problema verdadero es que no sé cuál es el problema.
-Supongo que yo. Siempre soy yo-

La verdad es que estoy cansada, que una parte de mi quiere acabarse, y otra dice que ahora no puedo parar, y lo peor de todo es que estoy quieta y estática en el mismo lugar, consumiéndome a mi misma e intentando avanzar.
-Es como estar ahogándote y ver a todo el mundo respirar-

Tampoco pasa nada, supongo, -debería estar ya acostumbrada-.

Con el tiempo uno crece, y se da cuenta de que nadie va a venir a salvarte, que todas esas fotos de internet de abrazos y de frases, de habitaciones perfectas con una pareja durmiendo, de todos esos desayunos divertidos y abrazos frente al espejo, no son más que mentiras: Imágenes prediseñadas y que a lo mejor ni si quiera existen, quiero decir... ¿Por qué no van a ser modelos?, ¿por qué no va a ser un escenario?
Nada es real del todo en realidad, así que... Con el tiempo, uno se da cuenta de que nadie va a venir a salvarlo, y que aunque sea duro, no es imposible vivir sin quererse y sin cuidarse, duele, cuesta más, es duro, pero igualmente confortable pasado unos años y acomodándose a no sentirse bien nunca, aceptando que se es así, roto, manojo de heridas y un agujero negro introspectivo.

"Nadie va a venir a salvarme" -Una y otra vez en la cabeza-
"Nadie va a venir a quererme como soy" - Una y otra vez en la cabeza-
"Nadie va a venir a necesitarme, a tener miedo a perderme, a estar aquí conmigo, a no cansarse de mi" -Una y otra vez-
"Nadie, va a venir a hacer que dejes de sentir que no eres suficiente"
"Nadie va a venir"
"Nadie"
"Nadie va a venir a salvarme"

¿Y qué? 
Al fin y al cabo, 
nadie se enamora de la chica triste, 
nadie besa a la chica de las cicatrices.




miércoles, 6 de noviembre de 2013

# Canción triste.

Porque yo ya me sé la estructura de las sonrisas dependientes, y el dinamismo de los bucles auto-destructivos, ya sé lo que es echarse de menos a sí mismo y echar de menos algo que jamás pasó, escribir de noche, odiar el Sol.
Sé lo que es abandonar el mundo y encerrarse en una cama meses, y ver llorar a las paredes, ver el techo arroparte cada día con la ternura propia de una madre, y ver pasar las tardes por la ventana, ajena a todo, extraña, tristemente superviviendo.
Y ya me conozco lo de pegarle al espejo y gritarte por dentro. Los arañazos y las cuchillas.
Sí, yo ya sé lo que es estar rota y ser bajita y creer tocar fondo, pero no.
Conozco como la palma de mi mano la tristeza y la nostalgia, el autoengaño y el falso empeño, la mentira, la estafa, el error y la desesperación post-coito.

Que ya me sé el cuento de los "te quiero" antes de marcharse, la fatídica manía de pedir perdón sin sentirlo, la obsesión con romantizar todo aquello que hiere, los malditos mensajes de buenos días que no quieres, y que no tienes.

Porque romper con el mundo fue raro, y ya nunca supe volver.
Porque tampoco siento que forme parte de nada, no pertenezco a ningún lugar.
Porque no tengo la más mínima intención de curarme, ni de olvidar, y quizás ese sea mi peor auto-lesionamiento.
Porque no sé ser feliz, ni creo que vaya a serlo.
Porque nunca dejo de lado a esta soledad, a veces me siento menos sola, aunque últimamente ni si quiera eso, pero jamás dejaré de vivir en un pasillo oscuro de doble sentido, infinito y sin final.
Porque no sé escribir feliz, porque no sé ser,
fin.

-Que no saben de lo que hablan, 
ya les enseñaré los cortes, 
no saben de soledad-




martes, 5 de noviembre de 2013

# Imperativo.

Hazme el amor.
Mírame a los ojos.
Quiéreme.
Todos los días.

Se tú y déjame quererte.
Rómpeme la ropa y la cama. 
Rómpeme la boca.
No sé, se mío.

Duérmete entre mis piernas, despierta entre mis brazos. 
Cómeme con los ojos, yo te como con las manos.
Suspírame en las tetas, tócame el culo.
Dame fuerte.
Y dame la mano.
Vayamos al cine.
Joder...
Seamos.


jueves, 31 de octubre de 2013

# De esa clase de amor que solo un escritor sabe dar.

De algunas personas se sale encadenado de por vida, y quien no lo es de nacimiento, se vuelve poeta por dicha cadena.
El poeta es desierto, todo ruina y recuerdos, y el otoño no es más que un pariente lejano de la primavera, con bastante mala leche, y unos buenas días considerablemente tercos.

Si bien es cierto que el amor nunca se olvida, la tristeza nunca se muere, y es adictiva.
Y también es cierto que esta noche no me vas a dedicar una hora más. Ni si quiera un segundo más, porque sencilla, y monstruosamente...


no
estás.


Y mirar el espejo y acordarme de ti es otra forma de auto-lesión, como cualquier cosa que incluya intuirte.

Bohemia busca con quien beber té en la encimera y luego hacer el amor.
Se ofrece como musa triste con grave alergia al sol.
Advierte sobre su rencor a los relojes, y no escatima en detalles.
Se dibuja complicada y promete no dejar que tus días sean simples.

Hicimos nuestra propia Guerra Civil, y nadie nos pudo salvar, y tampoco nos enseñamos nunca la bandera blanca, por eso ahora cuando pienso que ya no sé quien eres y me descubro los brazos echándote de menos en toda su longitud, la vorágine que nace dentro del pecho me devora a mi por entera, y se acaba la función: Dejo de negarte, y me acepto como soy, triste y realista, de las que pasa de todo pero no deja de sentir, complicada y poeta, pero sobretodo un nudo de cadenas, que ya no sabe si quiere que vuelvas, pero que tiene claro que necesita esa clase de amor que solo un escritor sabe dar.

Bohemia busca escritor con quien escribir.
Se ofrece musa para ser explorada sin las manos.
Advierte su miedo a la oscuridad y su complejo a no ser suficiente nunca.
Se dibuja con un jaque mate en los labios, y promete inundarte el alma.
Y sigue buscando, cuando seguramente lo único que quiera, es ser encontrada.

-Ven a mi cama, que tengo los pies fríos y quiero jugar contigo-



domingo, 27 de octubre de 2013

# (Sin tí)tulo.

Malditos Domingos que sólo traen consigo
la desolación de unos ojos perdidos...
Malditos Domingos que sólo saben
hacernos gritar y rompernos lo cosido...
Malditos Domingos que incitan suicidio...

Suicidio inaudito, silencioso, y esclarecedor,
¿quién no ha llorado nunca mirando el reloj?
Maldito suicidio recurrente e inequívoco,
que sólo sabe hacer crecer flores de color negro,
donde antes fecundaba amapolas el Sol...

Amor, amor, amor...
Cuántos encabezan su vida con tu nombre,
y qué pocos saben que eres casi inalcanzable
para cualquier hombre, para cualquier Dios,
ni si quiera para la muerte, ni si quiera para un adiós.

Es increíble la capacidad auto-destructiva del ser humano,
y esa manía atemporal para hacer daño,
¿quién no ha gritado a lo que ha visto en el espejo?
¿quién no ha deseado nunca que se acabase el año?
Malditos niños que nos sonríen sin pensarlo...

Malditos otoños con complejo de verano,
malditos inviernos y su costumbre de enamorarnos,
conforme pasa la primavera, más nos dedicamos a olvidar,
y después de ti he vivido cuatro días, y cien mil noches,
dime, ¿es amor, es odio, es pena, es libertad, qué es?

Dime, qué es, que no puedo más,
hoy es un Domingo autodestructivo y suicida,
es otoño y es verano, es lágrima y sangre,
son las ganas de verte, y la necesidad de borrarte...
Es una cama llena de frío, y unos labios incomprendidos.

Dime, qué es esto que no se va, que no se muere, ¿salud?,
¿enfermedad?, ¿será que escribí tu nombre en hojas de árbol perenne?
Estoy frente al espejo de las letras, y no me gusta, no lo entiendo,
conforme más escribo menos me veo, conforme más escribo,
menos te vas, y yo que creía, que así, te iba a olvidar...

Maldita poesía que no me deja huir,
que no me abandona,
que no me olvida,
que no me termina,
maldita tú, por aparecer aquél día...

# Manual de instrucciones para dejar que el amor nos haga.

Hazme titubear y hazme caer, haz que mi corazón se detenga y empiece a temblar incontrolablemente, deja que mis ojos vean el miedo hecho deseo, y deja aparte a los que añoran, lejos, muy lejos. Prohíbenos los besos y déjanos inocentes, al menos por esta noche.
Hazme recordar y olvidar, vuelve mi mente incapaz, hazme forzar mi cuerpo a tu voluntad, déjame que sea correcto creer y negar, que después de ti no habrá nadie más... 
Para compartir un espacio en el corazón necesito libertad, así que déjanos solamente imaginar, no hace falta que lo entiendas, solo cierra los ojos y ven a mi lado, nada más.
No tengas miedo, sé que vienes a tientas, no te preocupes, yo también tengo todavía heridas abiertas, aunque siempre lo intente negar.
Hazme fingir, hazme esperar... Hazme comprender que las cosas pueden simplemente venir y pasar, yo te enseñaré todo proceso sin necesidad de tribulación, ni arrepentimiento, ni rencor...
Déjame mi espacio y tiempo en esta vida, y te prometo que los comparto por enteros contigo, deja mi cuerpo con marcas permanentes, con cicatrices descoloridas y líneas, y te prometo que nos haremos nuevas, cada noche, juntos, y sin dormirlas.
Tiéntame, rásgame, pero vuelve mis pensamientos puros y no moralmente corruptos...
Déjanos dormir esta noche, deja que la inocencia descanse en nuestros sueños y en los secretos del corazón con el deseo quemado, que está debajo de mi pecho, te prometo que mañana no tendrás  necesidad de saber y de hacer las cosas que alguien hizo en la oscuridad, ya las habremos hecho, pero sin tocar.



# No glory.

Las luces de mi calle no han vuelto a sonreír desde que no nos vemos,
pero al menos respiro mejor desde que nos odiamos.

He vuelto a recorrer nuestro lugar de la mano 
-del rencor que guardo desde aquel "adiós", claro-
Volví a tomarme la música como un regalo, 
a escupir al pasado, a masturbarme sola y a pedir comida china para dos.

Estas ojeras son de soñar poco y de no hacer el amor,
de escribir a deshoras otro poema en mi habitación.
Soy la chica que se sienta al final del autobús,
la que escribe fechas y nombres en el cristal, dime,
¿quién eres ahora tú?

No he cambiado tanto desde que nos despedimos...
Recuerdo cada paso en el camino,
los dos cientos cuarenta y seis pies hasta tu casa, y todo el recorrido. 
El cariño que pusimos, las hostias que nos dimos... 

Guardo este silencio entre comillas y mil frases en reserva,
soy experta en vivir del pasado y desenterrar miserias.
Jamás entendieron que fuera feliz con tan poco,
pero igual es que para mí no era poco. 

Tampoco es que te odie, tienes derecho a vivir tu vida,
pero no voy a encontrarme en los ojos de otra tía,
espero que estés aprobando, que estudies la carrera que te guste,
que no seas infeliz como la mayoría.

Aprendí de memoria nuestros días,
me acostumbré a tus malas caras, tía.
Me acostumbré a tus cambios de humor, pero te fuiste y ya no eres mía.
-Por lo menos conservo el am/renc-or y las fotografías-

Ninguna otra hija de puta te va a querer como yo te quería.
Claro que entiendo que me odies, yo también me odiaría. 
Si vieras en qué me he convertido me escupirías...
Tranquila, yo también me odiaría...

Soñamos con viajar por toda Europa, con quitarnos la ropa 

en un hotel, nunca nos prometimos París. Supongo que nos perdió la boca...
Recuerdo tu respiración quemándome en la nuca...
Me calaste dentro, hija de puta.

Recuerda que hubo alguien que siempre te quiso tal y como eras.
Que se dejó la vida escribiéndote caricias...
Que te acompañaba hasta casa o a donde quisieras.
Que no podía dormir sin que durmieras...

Tuve la suerte de conocerte,
de despertarte a besos y aprender de memoria tus ojos.
Avisa si quieres volver a verme, yo sigo donde siempre.
Nada ha cambiado desde que te fuiste.
Ojala que te propongas todo y lo consigas.

Yo ahora suelo salir a calle y vigilar cada avenida,

por si te veo aparecer y se me viene el mundo encima.
Espero que te vaya de puta madre en tu vida...



# No vas a entenderme aunque lo intentes.

Mi cuarto arde, y eh, ya sabrás que hemos perdido oportunidades por cobardes, recuerda: Las mejores noches a tu lado fueron las no dormidas, porque estoy harta de dormirme sin tu cara, y despertarme sin tu carne...

Ni cuentos de hadas, ni princesas, nada va a cambiar, sigue oliendo a invierno en mi sudadera, y el invierno me desgasta más a mi que a mis suelas. Todo se ve mejor con las pupilas dilatadas, y será que aquí dentro algo falla, será quizás que tengo el corazón tan desgastado como los muelles de tu cama...

Las historias que olvidar sólo son rotos y descosidos, acéptalo, caímos dentro del agujero, y no sé, yo no olvido tu cara, y hay heridas que no sanan, estoy a un vaso de llamarte y bueno, y eso, y qué sé yo...

Tú eras el único sentido de mi reloj.

Te vas, y te vas, y te vas, y te vas... Y aunque no lo creas, ojalá todo se resumiera sólo con música, pero no es suficiente. Nada es suficiente desde que no estás.



-Perdóname la nostalgia,
la simpleza, y la repetición, 
te estoy escribiendo borracha,
                                      amor-



sábado, 26 de octubre de 2013

# Secuela otoñal.

Tal vez no exista una intimidad más grande que la de dos miradas que se encuentran con firmeza y determinación, y sencillamente se niegan a apartarse.
Y tal vez, sólo haya sido creada para estar siquiera un instante al lado de tu corazón, pero es que... Siempre es ciertamente siniestro volver a los lugares que han sido testigo de instantes de perfección, y nada era más perfecto cuando estabas a mi lado, y tenías la ternura torpe de quien nunca había sido amado y debías improvisar.
Tú y yo, rotos, frágiles, dementes, y juntos.
Eso era amor.
Creo.

El problema es que me mirabas tanto, que ahora no puedo pasar de página así como así, porque has sido lo más bonito que he escrito nunca, y yo era dependiente de la pendiente de tu cuello, y que ahora, la única pendiente que me queda está a tres kilómetros de altura, y yo con vértigo y sin paracaídas.
No sabes cómo duele recordarte desnudo, y que la habitación siga oliendo a sábanas revueltas y ropa rota tirada por el suelo, que las paredes aún guarden el eco de tus gemidos, y que este pecho pida reducir las distancias que nos guardamos.

"El amor puede con todo", decías, y al final pudo con nosotros.
Me jodiste la vida, sí, pero al menos me hiciste sentir que tenía una.
Al final has sido un desastre, pero has sido el desastre más bonito que he llegado a cometer.

Y bueno, es irreversible e irremediable cuando el amor se va, que sólo queden las trincheras como prueba inequívoca de que algo grande ocurrió allí, algo que deja huella, algo que deja cicatriz, y esta tarde, he decidido embriagarme por todas las veces que me dijiste "te amo" y no era verdad, por todos los poemas que te dediqué y que dijiste que te habían gustado tanto, pero que nunca volviste a releer.

Pero no me hagas mucho caso, que todo esto será culpa de que es Sábado con complejo de Domingo suicida, y de que está lloviendo.
Que creo que ya ha vuelto el otoño, y claro...

# Y debo decir que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido. 
Y que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría. 
Pero te quise, y te quiero, aunque estemos destinados a no ser.


viernes, 25 de octubre de 2013

# Hazme la guerra.

Ponte ciego, que quiero ser tu perra. Se ha hecho de noche sin que nos demos cuenta, y dime, ¿qué hace la cama fría y la puerta abierta?
Ven, o llévame contigo.
¿Qué más da si el vecino se queja o si no dormimos?
No me hagas el amor que eso ya está muy visto, ven, y declárame la guerra.
Que cuanto más te quejas más me tientas, y con la luz apagada me gusta explorarte y soltar las riendas.
Que no te enturbien las ganas mis quejidos, que cuanto más me niego, más lo pido.
No me gusta tu ropa, déjala en el suelo, te prohibo la entrada si no estás dispuesto a agarrarme del pelo, y... No lo niegues, ya sabes que la noche está sentenciada.
Ven, que te quiero más cerca, dos centímetros son más de la cuenta.
Rompe la cama y dame besos, o rómpeme a besos y damelo todo en la cama.
O en el suelo.
La pared nos está llamando, pero ya sabes que yo nunca acepto a la primera;, déjame bucear en tu cuerpo, y que me saques a flote cuando no nos quede aire.
Déjame que me cuele dentro y enséñame el deseo que sutilmente van dejando tus dedos por mi cuerpo.
Respira y deja que tu frente y mi ombligo se hagan buenos amigos, mis manos y tu pelo tendrán que conocerse algún día, y mira, mis labios te deben un paseo por tu cuerpo, y cualquier día, si me dejas, te lo explico.

Pero mírame, que si no quieres yo no te muerdo, mírame a los ojos y vislumbra lo que quiero.
Tu mano ahí y tu boca allá...
Mis labios y mis piernas, bueno... Eso ya lo sabrás.

miércoles, 23 de octubre de 2013

# Carta.

Querida Elisa:

He decidido hacerte esta carta porque mereces saber que no es culpa tuya, simplemente, todo ha cambiado.
Y no sé decirme por qué.
Te adoro, pero no... No puedo seguir contigo.

Lo cierto es que te he mentido, y eso no es lo peor, lo peor es que llevo haciéndolo desde hace unos meses.
Y lo más ridículo, es que también me he mentido a mi mismo, creyendo que por fin te había encontrado.

Adoraba cómo pasabas de enfadada a enamorada en cuestión de segundos. Me encantaba tu piel, y el olor a crema hidratante cada vez que me abrazabas. Adoraba el modo en que decías "sí" a todas mis locuras.
No podía vivir sin tus abrazos constantes.
Me encantaba cuando te burlabas de mis tonterías y eso te hacía estallar en mil sonrisas. Disfrutaba sin hacer nada, matando el tiempo, paseando, besándonos...
Adoraba tantas cosas de ti...

En cambio ahora, odio tus cambios repentinos de humor, detesto cuando te pones esa crema hidratante y me tocas con la piel pegajosa, odio tu poca iniciativa y que digas que "sí" a todo. Me agobia, que quieras estar siempre pegada a mi, y me enfurece que te burles de mis cosas, y encima te rías.
Me aburre estar sin hacer nada, perdiendo el tiempo...

Por eso no puedo seguir contigo, porque cometí ese error que comete todo el mundo, de creer, que eras quien yo quería que fueras...
De conocerte, decirte que eras la mujer de mi vida, de pensar que eras mi una entre un millón, porque eran más mis ganas de encontrarte que las de estar contigo.
Pero no has sido tú la única engañada, yo también me creí que eras para siempre.
Que serías mi antes, y mi después... Lo que siempre había soñado.

Sé que me volverá a pasar, me volveré a mentir.
Volveréis a aparecerme todas las anteriores en un nuevo ensayo, y volverá a parecerme todo increíble.
Me veo mintiéndome otra vez, equivocándome, pero ya no contigo.
Ya no contra ti.

Lo siento mucho, te deseo lo mejor.
#Gabriel.


# The first and last.

+ Sentada en mi cuarto, con trece años, me hice una herida en la muñeca con la inicial del chico que me gustaba.
- ¿Eso lo has puesto en el currículum?
+ No, no, qué va.
- ¿No?
+ Qué va, me acabo de acordar... Me levantaba la postilla, todos los días para que me dejase cicatriz, y así no olvidarlo nunca, juraba que era el amor de mi vida...
- Bueno, como todos los críos, ¿no?
+ No, como todo el mundo. El primer amor y el último se sienten igual. Eso, es lo que tarda la gente en entender.
- Ya... ¿Y cuándo te diste cuenta tú?
+ Pues cuando dejé de rascarme... Llega un día en el que te das cuenta de que en esa pareja sólo quedas tú, y que lo único que te ata a él, es esa herida, y que haciéndola sangrar no mantienes vivo su recuerdo, sino el dolor de la pérdida.



domingo, 20 de octubre de 2013

# Abrigo kamikaze.

¿Cuántos veces se inmolaron pechos sólo por un amago de besos?
Y es que enamorarse es como inventarse de nuevo, convertirse en guerrero, ser kamikaze voluntario.
Y qué se yo, el que defiende un amor, es como un soldado yendo a la guerra, ya que el egoísmo humano no conoce limites ni si quiera para consigo, ¿o no se han inmolado miles por deseos propios de amor?
Quiero decir... Que quizás sea una capacidad natural eso de rompernos, y no una costumbre adquirida por eso de que siempre nos recordaban lo de no tocar nada para no romperlo, pero nunca nos enseñaron a no rompernos nosotros mismos, y quién sabe, el invierno siempre vuelve y no sé cómo lo hago, pero siempre me pilla sin el abrigo.

Independientemente de todos los cielos que hay ocultos en las bocas, de los infiernos entre las piernas, y de los laberintos de los pechos, ¿dónde están los brazos abrigo? Porque abrazar es una cosa, y abrigar otro universo.
Y no sé si me entendéis, pero estoy cansada de besos, de sexo, y de pechos que palppitan, que dicen, que sienten, que existen... Quiero ahora unos brazos. Unos brazos abrigo, unas manos que no toquen, que no acaricien, unas manos que no recorran sino que aprendan, pero...
Ya no quiero ropa por el suelo para estar desnuda, quiero desnudez vestida, desnudez extrema, desnudez sin coraza, sin zanjas, sin dobles calles sin sentido e infinitas.

Quiero a un suicida decidido a no morir con la ropa puesta, alguien con complejo de buzo para sumergirse en mis lagunas mentales, y no sólo en mi. Quiero un kamikaze voluntario y no un destinado por el arrastre de un deseo, de un impulso, o de una fuerza, a la que le ha asignado un nombre y un comienzo. No, ya no.

Ahora quiero un kamikaze suicida voluntario.
Quiero desnudez emocional y no física.
Quiero un abrigo y no abrazos.
Quiero un submarinista y no sexo.

Quiero que se entienda que cuando me voy, no quiero irme, quiero que me encuentren, y quizás, esto sea lo más suicida que conoceré nunca.

Pero y qué le voy a hacer, si no sé hacerlo peor...

domingo, 6 de octubre de 2013

# Las cosas que pienso cuando miro una foto tuya.

Estás más guapa sin maquillaje y con tu flequillo, con tus pantalones largos y siendo tú.
No te queda mal, pero el rosa no es tu color... (Sé que te gusta el morado, como a mi, y el azul, como el cielo de tus ojos)
Ya sé que tus ojos no son azules, pero sí que eran mi cielo.
Ya sabes, "azulado el mar, a su lado el cielo".
Siempre se me escapa una risilla que no suena al ver la cara de artista que pones en las fotos, como si al natural ya no lo fueras.
Es curioso que otras manos te hagan fotos donde antes yo te comía con los ojos y te miraba con los labios, y bueno, qué sé yo, a veces me pregunto por qué tú y no otra persona cualquiera, pero es que creo que desde el día que te dí dos besos y fuimos a dar un paseo, ya empecé a echarte de menos.

La sombra de tu nariz en tu moflete izquierdo me recuerda al pico de un pájaro, y claro, me acuerdo de cuando me decías que tenía boca de pato, o cuando lo más divertido del mundo era darnos besos de periquito. No sé si te acordarás. No creo que lo hagas.
Cruzas las piernas como si porque lo hicieras no se pudiera llegar a tu cadera, ya sé que te encanta que te toquen la cadera. O al menos antes. Como si porque cruzaras las piernas todo fuera a ir mejor, como sueles hacer con el corazón, o solías, ya no sé.

Es curioso como después de tanto tiempo, yo no sea capaz de entender que aunque siempre quise, nunca escribiste, ni escribes, ni escribirás por mi, pero aquí me tienes, escribiéndote y esta vez, como tantas otras, sin ser feliz.
No sé si quiero que vuelvas, porque por mucho que siempre diga que no, contigo siempre se me ablanda el corazón.

Porque te quiero como todo el mundo, pero yo siempre un poquito más, recuérdalo.



miércoles, 18 de septiembre de 2013

# Tan aquí, y tan allí.

Vamos a olvidarnos como remedio anti conceptivo del amor, o al menos a intentarlo, porque tú estás allí, y yo aquí, y los dos sabemos que estamos haciendo algo mal si no dormimos en la misma cama pero tampoco duele tanto, ¿no?
Porque ya lo dijo Neruda, para que nada nos separe, que nada nos una, y con una sola palabra ya eramos menos dos, y más uno, no sé si me entiendes.
Totalmente absurdo como un poema sin comas, o una espina que no pincha, pero así eres tú, absurdo, y absurdamente atrayente.
Como los polos opuestos, pero sin serlo, magnetismo, chispas, y tú que sabes de electricidad, dime, ¿crees que esto es corriente?
No hay palabra para definir esto, si es que realmente es algo.
Un te quiero que no quiero decir, y lo dicho que ya parece no importar.

No puedo negarte otras bocas, ni otros sexos, ni otros ojos, porque yo tampoco te ofrezco besos, ni sexo, ni miradas, -por eso de que tú tan allí, y yo tan aquí-, y no debiera preocuparme, porque ser, no somos, ¿o sí? Esa es la cuestión.

Y yo tan dependiente de que me hagas sonreír, y tú tan pendiente de otras bocas, con las dependencias tan lejos de mis manos, y con los pendientes de otra en la mesita de noche, fumando en la cama, bebiendo cerveza, y ella en la ducha.
-Como si lo estuviera viendo, vaya-

Y yo aquí, escribiéndote una carta, en lugar de lamértela en la espalda, aquí, escuchando a Machín decirme que siempre, pero siempre siempre, estaría cuidandome, y yo escribiéndote, que eres en mi vida, ansiedad, angustia, desesperación.


lunes, 16 de septiembre de 2013

# Azulado.

Dime a quién besas y te diré en qué campo de flores has caído. Yo me deshojo la boca y me ahogo en las margaritas que siempre dicen que sí, cuando tus ojos dicen no, cuento los pétalos muertos que hay de tu casa a la mía, de tu boca a la mía, de ti hasta mi, y la respuesta siempre es no, y a veces sí.
Cuando me diste la mano por primera vez, creo que debí sentirme como cuando Colón descubrió América, y tú estabas tan tú cuando hacías el indio... Aunque nunca se me resistiesen tus vaqueros, claro...

Te vi de lejos como quien mira a las nubes, y desde ese momento, supe que algún día tú.

Y hoy, después de todas esas cosas que ya no valen la pena enumerar, sé que azulado el mar, a su lado el cielo, y qué le voy a hacer.



domingo, 15 de septiembre de 2013

# Porque tú.

Me hacías inmensamente feliz, no importaba nada, te veía aparecer, y ya se me pintaba la sonrisa en la cara, estuve tanto tiempo sin ti, que cuando me dijiste "quiero verte", se me paró el corazón, y empecé a volver a ser una niña.
Pero una niña tonta que no se dio cuenta, de que, como siempre, seguía siendo un entretenimiento, un puente hacia algo mejor, no se dio cuenta de que no la querías, simplemente te entretenías viendo como renunciaba a todo por verte a ti.
Así de loca estaba, que lo dejaba todo aunque tú siguieras sin decirme "ven".

Recuerdo casi todo detalle que tenga que ver contigo y conmigo, como quien recuerda el día de su mejor cumpleaños, y es que yo siempre creí que tú fuiste el regalo más bonito que me dio la vida, sin querer darme cuenta de que en realidad, no hubieras sido nadie si yo no hubiera querido, pero claro, cuánto te quise...

Pero llegó el día en el que la niña tonta de los ojos brillantes que no se podían apartar de ti, te vio abandonarla, te vio irte corriendo como una rata entre las alcantarillas, cuando se metía en problemas por defender tu causa... Y le rompiste el corazón un poquito más de lo que ya se lo habías roto antaño.

Seguramente fueron mil quinientas sesenta y ocho veces las que te miré de reojo, y me parecen poco, ochocientos treinta y dos mil suspiros los que me robaste, setecientos noventa días los que me robaste, y dos millones de noches las que me pasé sin dormir por tu recuerdo, seis o siete los besos que sentiste de verdad, y una sola vez la que no fuiste capaz de mirarme a los ojos y decirme que no me querías, pero claro, a estas alturas supongo que hasta eso fue mentira...

No te echo de menos, no pienses que puedes volver, porque definitivamente ya no quiero que vuelvas, sería volver a despertar a la niña que te quiere que llevo dentro, la que salta y es feliz sin importar qué, porque tú.
Simplemente, me echo de menos a mi, y espero que lo entiendas.
Porque antes de ti no estaba rota, creo, y porque antes de ti, fui yo.
Y ahora... Ya te lo dije: "Sin ti, yo no"


viernes, 23 de agosto de 2013

# Sangrando.

Las promesas no existen, tampoco lo eterno, hace tiempo que ya no nos entendemos... He perdido la esperanza en tu recuerdo, el cielo sin ti, chica, no lo quiero.
Tuve las mejores vistas de tu cama, quizás fuese una mierda, pero era nuestra. Me hice polvo para que me consumieras, mentías tan bonito, locura interna...
Por los planes que nunca cumplimos, contigo el vacío era hasta bonito.
Por las veces que casi levito, por el sueño de amanecer contigo...
Las veces que quise volví sangrando, y aquí me tienes chica, roto y destrozado, porque a veces se rompen los lazos, pero me rompí yo, dime ¿qué nos ha pasado?
Nunca me sentí tan grande con tan poco, el vacío me llenaba y eso era de locos...
Como droga, por verme en tus ojos.
Dí que él no me iguala, queda entre nosotros...
Lloré la primera lágrima, el resto por la inercia de todas tus putadas, te faltaban títulos para entenderme... Dime que estoy loco, que nos encierren...
Haz de mis errores, chica, tu rutina, yo deshago tu rutina y se van mis errores...
Aunque busques sabes que no hay mejores, mis dedos por tu espalda... Con temblores...
Prometimos Venecia y míranos, Venecia en mis ojos y en mi habitación.
Hace tiempo que me fui de la estación, ya sabes, donde siempre, por si encuentras solución...


sábado, 17 de agosto de 2013

# Resaca emocional.

Voy totalmente sobrio y no me importa, porque creo que sería peor si después, cuando el bar me echase por beber demasiado, tú no estuvieras al lado, y yo, consecuentemente, no pudiera mirar cómo te brilla la chispa de los ojos, que me achispa a mi.
Sería horrible porque no podría acariciar tu brazo e intentar agarrarte la mano, aunque sé que saldrías corriendo como una niña pequeña, dando vueltas sobre un banco en medio de una plaza vacía, mientras volvemos a casa.
Y eso es  malo, malo porque sé que no me aguantaría las ganas de susurrarte al oído las ganas que tengo de ponerte contra la pared, y hacer un tour por cada zona de tu cuerpo.

Estoy bien así, sin una gota de alcohol por las venas, porque te quiero el doble de lo que tú me echas de menos, y eso más que un "may day", es un "tenemos un problema".

Pero no me importa, esta noche no, porque no voy borracho, pero voy pensando en ti, y es casi lo mismo a larga: No matas, pero enganchas; no me eres necesaria, pero me gustas siempre; te reniego, pero si me dices venga, yo digo vale, al fin y al cabo... Mírame, no soy más que tu un tipo sobrio con resaca emocional.


jueves, 15 de agosto de 2013

# Recuento de víveres.

¿En qué parte del camino tus pasos empezaros a distanciarse de la estela de mis besos?
Quizás nunca viniste a mis brazos, y fue mi soledad enajenada la que te supo mío, mientras eras de otra piel.
Siempre me preguntaba dónde podían estar posadas tus manos de hierro, cuando me tornaba cristal vendimiando estrellas en madrugadas frías.
En otro cuerpo, seguramente, en otro cuerpo...
Tus mentiras y ausencias me herían, pero me mantenían con vida... Fue algo raro, aunque siempre supimos que acabaría.

Quizás ahí fue cuando aprendí a saborear la nostalgia teniéndote conmigo, porque es evidente que no hay distancia más larga que la de unos ojos que no te miran, y entiende que me  cueste volver a creer en mi misma: No me gustan las prisas, y... No sé,  con las personas es difícil.

En resumen, soy simple, y no puedo ofrecerte más que un par de siglos mal contados, un amor incondicional y una aleatoria rutina mezclada con un arrojo suicida, además de mi inevitable manía de pensar que lo mejor siempre esté por llegar aunque el cielo esté negro, o aunque se vea la pared al final de callejón, porque bueno... Al fin y al cabo, como ya sabrás, rimo palabras, y eso es todo.




# L'amour a le pouvoir de détruire.

+ Pero, si él sigue enamorado de ella, ¿no debería intentar evitar que se olvide de él y se vaya con el otro?

-  ¡No!, ¡por supuesto que no! Ella sólo le hacía daño, hasta que un día por fin le mandó a la mierda.

+ Pero entonces... ¿Por qué duraron tanto?

- Porque fue su primer amor, porque le hacía sentir lleno de vida, y todas esas chorradas... ¿Pero cuántas balas estás dispuesto a llevarte por alguien, cuántas cosas malas te tienen que pasar para darte cuenta de que no merece la pena sufrir por ese alguien?


# Huida.

Es la búsqueda perpetua,es la espera interminable, es el dolor agónico y la esperanza siempre muerta, es el intermitente aleteo de las mariposas gástricas, es su intento de huida, y es el caótico remolino que esta misma crea, es el nocturno sol de nuestras vidas y la calurosa noche en el lecho mortuorio, es la flor que por belleza muere y la hiedra que por su ponzoña sigue creciendo, es la oscura luz del amanecer y la brillante sombra del crepúsculo. 
Es todo lo bello y contradictorio, la muerte y la vida creando nuevos espacios, y nuevos universos.


No es tu boca sobre la mía, no son los labios y la lengua, los besos no son un parpadeo, son los trocitos de nosotros mismos que se quieren ahogar, son los que se quieren morir en otros labios, para  poder jurar que, al menos, por un beso, fuimos libres.




miércoles, 14 de agosto de 2013

# Nobody breaks my heart.

Creo que a veces la inutilidad del tiempo es tan relativa como el sentido de lo que estoy escribiendo, no sé, que no me pida nadie que entienda lo que digo, y mucho menos lo que hago.
Ni creo, ni pienso, ni posibles... Estoy harta de siempre lo mismo.

Hoy no quiero escribir mucho. No, porque escribir mucho sin motivos no termina bien, nada bien...
O puede que sí, que termine con una declaración de amor, o de intenciones, o una bandera blanca ondeando tu cabeza, yo qué sé, los dedos van solos y en realidad estoy escribiendo lo primero que se me pasa por la cabeza...

Joder, los besos con sabor a tabaco me gustaban tanto... Y lo dice quien se auto-destruye cada día un poquito más.
Eran tan bonitas las noches en las que con mirarme en tus ojos ya era tan feliz como una niña pequeña... Y suena a típico tópico, pero es cierto. En realidad, creo que nunca ha sido complicado hacerme feliz, en realidad... Es patéticamente sencillo hacerme feliz.
No pido milagros, nunca he visto uno. No creo en ellos.

Ni si quiera creo en mi de vez en cuándo, ¿qué me vais a exigir?

Creo que voy a dejar de escribir. Por hoy. Por esta noche sin estrellas que se ve desde mi ventana, porque esto no me es suficientemente bueno, porque puedo fingir sentirme bien, pero por dentro todo es guerras, todo es ruinas, todo tundra o desierto o yo qué coño sé... Ojalá todo fuera tan fácil como debajo del agua.

Pero como siempre, he vuelto a los ojalá, a los creo, a los no sé, a lo mismo de siempre, escribir hacia un vosotros que ni si quiera sé si me lee, mientras lo único que hago es plantearme preguntas de esas que nadie se hace, o que se hace todo el mundo, pero ¿y qué?, nadie va a venir a salvarme.

Nadie va a venir a romperme los espejos, ni a decirme debajo de las mantas y después de haber echado un polvo que soy guapa. No va a venir nadie a escuchar todas mis carencias, nadie va a soportar más de cinco minutos de mi, porque es lo que suele pasar, es lo que siempre me pasa: Que creo que soy tan patéticamente sencilla, y tan tristemente fácil de hacer feliz, que voy tan de dura y de independiente, que tengo la coraza tan putamente bien colocada y resistente, que cuando dejo que algo de dentro salga fuera, incluso me duele, y cuando veo que a los de fuera no les importa, se me aprieta un poco más al pecho.

Quiero romper con el mundo, pero no puedo, otra vez no, y no veas como jode sentirse encerrada dentro de un lugar al que sientes que no perteneces, con el que no tienes nada en común, pero ni imaginas cómo pesa eso de estar encerrado en uno mismo, y salir a la calle con la sonrisa bien alta y la autoestima falsa encendida.

Desayunar sola, comer sola, cenar sola. Y así con todo, pero no importa, en realidad todo lo que hago lo hago sola, y ha llegado un punto en el que me gusta, y en el que no sabría hacerlo con nadie más.

Y a lo mejor eso es un problema. Y no sé por qué digo a lo mejor, si en realidad es a lo peor.
Y bueno, ya nada importa realmente, han pasado muchas primaveras ya como para poder seguir quejándome por ello.
Nadie va a venir, y creo que lo tengo asimilado, porque estando solo todo el tiempo, uno aprende de si mismo, y yo he llegado a la conclusión de que nunca me va a llenar nada, siempre voy a tener un pequeño vacío ahí dentro, estaré contenta pero no seré feliz, me harán compañía, pero no me quitarán la soledad.
Por eso ya nadie rompe mi corazón, sólo me hacen daño, pero nadie lo rompe.
Nadie, excepto yo.

En fin, aquí está lloviendo por no llorar, y joder, yo hoy iba a escribir poco, ¿no? Así que creo que ya está, que ya he lanzado demasiadas estrellas fugaces de mi misma hoy, y las lágrimas de San Lorenzo fueron ayer...


martes, 13 de agosto de 2013

# Salvemos la poesía, volvamos a nosotros mismos.

La poesía es tan como la vida, y la vida tan como la poesía, que qué bonito, qué triste, y qué miedo. Todo a la vez. Porque, ¿y si nos perdemos en la mitad de un verso, o de un beso?, ¿y si se me agota la tinta, y lo que corre por mis venas se seca y se vuelve cenizas antes de llegar a todos los cielos que quiero tocar?

La vida es tan corta y los sonetos tan parecidos, y tan mono temáticos, que a veces quiero renunciar a la poesía, pero, claramente, no se puede renunciar a uno mismo; sería un suicidio mantenerse en pie sin carreteras al olvido, o laberintos de espejos dónde poder romper los espejos, no sé si me entendéis, quiero decir que sería un suicidio vivir sin escribir, porque si leer es devorar tu vida y la de otros, escribir es... Liberarse de uno mismo, dejar huella, y las huellas siempre podrán ser brújulas, y qué bonito ayudar a los demás con pedacitos de nosotros mismos, ¿no?

En fin, que creo que nadie me entiende, porque cuando giro la cabeza, o desvío la mirada, o levanto el cuello y rodeo mi nuca con las palmas de las manos, no busco huir, busco que me salven, o unas huellas que me guíen, pero nada, siempre la misma calle, el mismo suelo, y el mismo techo, tan vacíos e impersonales como llenos de pisadas a las que no le veo utilidad o parecido con las que yo necesito o busco.

Que no he venido aquí para que nadie me entienda en realidad, pero que recuerdo uno de mis primeros poemas, cuando tenía unos incipientes catorce años, cuando suplicaba que ojalá la gente necesitase tanto a la poesía como yo, que la necesitara de verdad, leerla y escribirla, y me pongo a pensar en si esa fue mi primera declaración de soledad, y mi primera bengala pidiendo ayuda en mitad de un mundo que se está desaprovechando y drogando a base de emociones vacías y falsos amores mensuales.


Por eso, creo que esto es una carta a todos los poetas, una reivindicación para salvar el mundo que no llegará a ninguna parte, pero, ¿por qué no? Levantad los bolis, encender los ordenadores, ¡una sola frase ya puede ser poesía!

Seamos espejos colocados estratégicamente cada invierno en el que nos falten provisiones, y salvemos la vía de escape universal, ¡que no importa que nos miren mal!, ¡que no importa que nos tachen, nos fichen, nos clasifiquen!, ¡que no importe nada excepto la palabra!, ¡que seamos salida para otros, salvándonos a nosotros mismos de nuestros parches y vacíos, de nuestras abrumadoras soledades y sonrisas!, ¡joder, salvemos el mundo, no sucumbamos todos a las comodidades auto destructivas, y a los suicidios lentos y premeditados que se esconden en las costumbres!, ¡salvemos la poesía y la vida!

Volvamos a ser los locos enamorados, los cursis empedernidos, los que se arreglaban y llegaban temprano a recoger a la chica, las que se ponían tacones y vestidos bonitos, llegaban a casa y escribían, volvamos a cuando lo más romántico era escribirle una canción a tu chica y tirarle piedrecitas a la ventana, joder, volvamos a ser reales, seamos lo que somos, polvos, pero polvos enamorados... ¿O no era así?




domingo, 11 de agosto de 2013

# No busco que lo entiendas.

"Y no es que no me pase nada bueno, o que no consiga ver el vaso medio lleno, sino que no sé convivir con lo que me queda sin ti"



# Love burns.

Supongo que soy una cerilla, y es que no sé si me he consumido ya o si sigo en la caja, esperando a que alguien decida prenderme y hacer que me consuma en llamas.
Solo sé que estoy esperando a que llegue alguien, y me salve de la oscuridad.
Y supongo que mi esperanza no es nada más lejano que pensar que la oscuridad que me rodea, es la de la caja, que nadie se ha dignado a abrir aún.

Y no sé si me entendéis, pero creo que soy la única cerilla que quiere prenderse, que con cerillas me refiero a personas, con prenderse, ni yo misma sé a qué, y con caja, a ciudad.

Y bueno, quizás sea nostalgia, tiempo, quién sabe, todos esos handicaps humanos y no-tangibles que siempre se recuerdan cuando se ven pasados... Y a lo peor por eso no lo noto ahora, o no me acuerdo, o no estoy tan segura como de costumbre, pero sé que ese alguien, quien tiene que abrir la caja, y prenderme, es él. Y ha sido él desde que me prestó su mechero, y no huyó cuando yo le hablé de mi adicción al fuego y al amor.




jueves, 8 de agosto de 2013

# Ahora sí.

Yo aquí vine a escribir sobre cosas bonitas, sobre cosas felices, lo intenté como nunca y acabé como siempre, pero en el fondo, creo que es porque dentro de la tristeza, conocí una enorme felicidad, aunque, he de aceptar, ahora sí, tras tantos años, ahora sí, que era mentira.
Era todo una autoconvicción que me negaba a revelarme.
Ni tú me quisiste tanto, ni yo te echo ya tanto de menos.

Ahora soy feliz. Soy feliz con lo que tengo, y de una vez por todas, ahora sí, sé que tengo de lo bueno, lo mejor. Que a quienes tengo, me quieren, me protegen, me cuidan, ahora sí, estoy segura, de que son ellos.

No quiero más pretéritos imperfectos, ni más condicionales simples, tampoco quiero un futuro perfecto hablando de tristezas, no quiero tiempos distintos al presente, porque es lo mejor que tengo, y porque tengo a los mejores.

Vivía con miedo a olvidar el pasado por si me olvidaba de mi misma, por si no volvía a sentir tantas cosas con tal magnitud, pero el tiempo me ha dado de repente una bofetada, y me ha gritado mirándome a los ojos, me ha dicho cuatro verdades al oído, y claro, me he dado cuenta de que es una estupidez estar atada a un pasado que sólo hace daño, que para qué, si ya no va a volver, y tampoco lo echo tanto de menos como para querer volver ahí.

Y, ahora, después de haber dormido con soledad tantas veces en mi cama, pero dentro del pecho, me he dado cuenta de que verdaderamente, tengo miedo a perder mi presente, porque, ahora sí, es mi vida, y sólo mía, y la vivo yo, y sólo yo, y ahora sí, con quien realmente me quiere, y con quien, ahora sí, realmente quiero para siempre, porque, al fin y al cabo... Nadie me ha hecho tan feliz como ellos antes.



-No de verdad-