martes, 29 de abril de 2014

# Huida.

Como cuando viajaba en tren y me gustaba incluso más 
porque cada estación me acercaba a ti 
aunque no pudiera parar a verte.

Como cuando de madrugada me llamabas guapa 
y me decías que me querías, y yo te dije que te ibas a largar, 
como es tu naturaleza para conmigo siempre, y tú decías que no.

Y míranos, si puedes, porque ya no somos.
Aunque nunca fuimos, pero lo éramos, lo sabes.
Lo éramos todo.
Y te fuiste.


Ya no hay planes juntos,
ni plan A, el que me iba a saltar porque siempre falla,
ni el plan E, junto a todos sus "espérame, que ya estoy yendo",
ni plan M que valga, ni nada de nada.

Y no sé qué es más triste,
si que a ti no te importe,
o que a mi me siga importando.


martes, 22 de abril de 2014

# Madrid.

Ven y desnúdame y desdúdame,
ven y hazme el amor y la guerra,
y no escatimes en detalles,
de ti lo quiero todo desde que te conocí,
y eso que ya no conozco ni la mitad de tu mitad,
de tu mitad.
Ven.

Me miraste como se mira un recuerdo,
y nos acabábamos de conocer,
quizás fuera amor a primera vista,
o a secas, amor,
y no me arrepiento de nada,
excepto de todo el tiempo que,
por una cosa o por otra,
no he podido pasar contigo.

No te estoy escribiendo
porque quiera saciarme de ti,
sino porque quiero saciarme de olvido,
y volver, si es posible,
cuando nos mezclemos tu sonrisa,
Madrid, y yo.

Madrid, últimamente pienso mucho en Madrid,
y en los dos mil colores de la ropa que me pongo,
y que te pintaría en el cielo,
y que te regalaría en un ramo de flores
y en tantos orgasmos como pudiera.

Últimamente también pienso mucho en ti.

Últimamente pienso tanto que os mezcláis Madrid y tú,
y qué quieres que te diga, qué desorden de vida más bonito.



jueves, 17 de abril de 2014

# No te vayas nunca, por favor, quédate.

Fiestas en la playa de una ciudad que no conocíamos, risas, besos, excesos, la puesta de sol, la copa de antes de cenar, o la de después de desayunar.
Paseos por la orilla con los zapatos en la mano y el pelo más que despeinado.
Charlas, cola-caos, vídeos cantando y bailando, la reconciliación con nosotros mismos, la casita alquilada, la cocina tradicional, las habitaciones blancas, los tejados de color marrón anaranjado de tejas superpuestas.

Las flores que caen por encima de las paredes de las casas en cascada, azules, amarillas, rosas, rojas, y blancas.
La gente mayor, los niños, los padres de los niños tomando café y tostadas con las camisetas de promoción de Coca-cola y Nestea, y las abuelas paseando y hablando de la juventud de hoy en día.
El olor a mar y el sonido de las olas, la arena fina, el agua fría, el campo a menos de un kilómetro, las mariposas, los perros, algún que otro gato intentando cazar gorriones y golondrinas.

Las fiestas los Sábados y las reuniones de todo el pueblo en la plaza los Viernes a las ocho.
Las lámparas encima de las mesas del bar de la playa y alguna que otra fundida, y alguna que otra parpadeante.

La comida casera, el olor a pan por las mañanas, la luna y las estrellas sin contaminación lumínica por las noches, los helados de fresa y los helados de yogurth. Los trucos de magia de Pablo, el niño de 12 años, el hijo de Marisa.
Y hacer el amor en la playa a las 4 de la mañana, y los viejos verdes de la zona sur, y los días sin fecha, la pérdida de la noción del tiempo, el cine de verano con el proyector. 
Los refrescos, los tés, las sandalias, y las sandalias que se rompen, los bailes en la plaza, las adivinanzas y los chistes, los refranes, el queso y el vino y los piquitos de pan.


L'étéc'est l'amour et la liberté.





martes, 15 de abril de 2014

# Para ti, Amada.

Te fuiste por la puerta grande, pensando que no necesitabas ninguna despedida, pero era todo fachada, como tú entera, vaya, y qué triste que te jactes de haberte ido, estúpida, cuando todo el que prueba sus ojos se queda imantado, pero bueno, ahí dejas claro qué clase de amor sabes dar y sentir, ¿no?
Te fuiste por la puerta grande sin necesitar una despedida, pero ahora le escribes miles de ellas sólo para creerte una más de tus tantas mentiras, como que eres mejor que ella, como que no te importa que te ignore, como queriendo creer que no volverías a su vida y todo lo que conlleva con que tan solo te dijera ven, ¿pero sabes qué? Que tú no, pero yo sí soy lo que tú no fuiste, Amada.

Con "a" mayúscula, porque no soy mejor que nadie, pero sé que mi amor vale mucho más que esas miserias de tu triste ego que le dabas, creyéndote así la protectora y salvadora de un galeón que tú misma estabas hundiendo para sacarte a flote. Perra.
No te ofendas por llamarte así, perra, que tú misma te lo denominas muchas veces, sobretodo hablando de sexo.
Sexo... Qué bonita me parece esa palabra salida de ti, porque es lo único que sabes hacer, del amor... Del amor no sabes nada, porque tú le dedicabas mil poemas, pero no, cariño, no la hacías sentirse, amada, y yo, bueno... Yo sí soy lo que tú no fuiste, Amada.

Bajarte las bragas para subirte el ego no va a desmerecer todo lo que ya no va a sentir por ti, sólo tu cajón de la lencería, sólo va a dejar a la vista tus claros vacíos, tu perpetua mentira de no importarte su nombre, cuando en realidad te corres pensando en ella, y lo sé, y lo sabe, y lo sabemos, y lo sabes, amada, amada que fuiste, y amada que no hiciste sentir, cobarde.
Puedes llamar putas a todas las anteriores y todas las siguientes, pero, cariño, cómo te gustaría ser a ti esa puta a la que quiera, y no lo vas a ser, y eso es lo que te jode, que no la quisiste de verdad, y ya no puedes mentirle, como le mientes al resto y como le mentías antaño.
Prohibido robarle la luz a la estrella más bonita que has podido tener en tu cielo,
prohibido pisarle las flores a la primavera más preciosa que has podido respirar,
prohibido llorar lágrimas de cocodrilo para imitar el mar más bonito que has podido probar entre sus pieras,
y que no merecías ni por asomo, ni por suerte, ni por desgracia, ni por nada del mundo,
y por su puesto,
prohibido hablar de ella como si la hubieras querido, porque es mentira.

Cualquier cielo con ella, y cualquier infierno con ella, son mejores que cualquier existencia a tu lado, gilipollas.
Tú sabías cortarle las alas, y encerrarla entre tus piernas como si así te fuera a querer más, y qué pena,
porque eso no amar, eso es poseer, y la clave no está en hacerla tuya, si no en hacer que quiera ser tuya, y tú, estúpida, no sabes hacer nada a derechas, sólo a tu manera, y qué puta mierda de maneras tuviste de tratar su corazón, su cremallera, su casa, su tristeza, a toda ella.

Ahora sí, espero que te quede claro, fuera, "amada".

domingo, 13 de abril de 2014

# Tú no tenías precio.

El amor ni se compra ni se vende, no es algo que pueda pagarse con dinero, ni con cualquier otra cosa, el amor es, simplemente.
Y sí, todos tenemos un precio, pero no todos estamos en venta.

Yo ya hipotequé mi vida en sonrisas, vendí todo lo que era por cumplir todos sus deseos de no cumpleaños, antes de que abriese la boca, ya estaba en sus manos, porque sabía lo que quería, sin que levantara siquiera los ojos del suelo.
Aposté por todo lo que no tenía asegurado y sin ases bajo la manga, a corazón descubierto, con la voz levantada y la cabeza bien alta.
Ya me partí el cuello pasando horas de pie bajo su terraza, ya me resfrié por darle mi chaqueta, ya me rajé los labios de tanto mordérmelos para no decirle tantas cosas como deseaba decirle porque sabía que no quería oírlas de mi voz. 
Yo ya estuve en su cajón de abrazos y le quité la ropa y fregué sus platos y saqué a su perro y acaricié su tristeza y besé su boca cuando se cayó patinando y ya falté a clase por abrazarla mientras lloraba en su casa y luego me recorrí la ciudad en 12 minutos para que mis padres no me pillaran, -que me pillaron-, que yo ya me sé los pasos que hay de su casa a la mía y las escaleras que hay de la tierra a su existencia.
Sonreí por su culo y perdí el culo por su sonrisa, no le regalé flores, pero porque no me dejó...
No le compré la Luna porque prefería salir al Sol a pasear, pero ya sabía que yo lo apagaba cuando quisiera si así lo necesitaba.
Y es que no importaba el frío cuando yo era quien acompañaba a casa sus ojos, porque nuestros besos no tenían horarios. Sabía que por mi, hubiera ido siempre de su mano.
Que ya jugué a los médicos en su cama, y me inventé historias para reír entre besos y polvos, que ya nos dormimos sin ropa y nos despertamos con su abuela en casa y tuve que salir corriendo.
Que sí joder, que ya le hice el amor y besé su cuerpo con toda la timidez del primer amor, que me aprendí su número de teléfono, y de lunares, y de miedos, y el shampoo que usaba y el orden de alimentos en su nevera, y dónde guardaba la correa del perro.

Los cuerpos ahora son moteles de paso, y destinatarios de tinta, qué tonto y qué insolente me resulta... Ahora es si "me han roto el corazón", dejo que cualquiera me rompa la ropa y me baje las bragas, y llamo putas a todas las que amó y amará porque no soy yo.
¿Nadie entiende que no hay motel, ni noche transcurrida en ellos que sea comparable a la sensación del hogar, y de dormir en él?; qué tontería y qué osadía usar tinta para desmerecer los recuerdos, bajarse las bragas para subirse el ego, lanzar flechas de desprecio cuando las de saliva duran más, ¿no?

Por eso ella era mi hogar,ella mi lienzo.
Ella mi país.

¿Cómo voy a ponerle precio a mi amor si se lo dí todo a ella?
Tanto que después no me quedó ni para mi.



sábado, 12 de abril de 2014

# Mensajes indirectos.

Éramos dos pelos castaños dejando que ese verano nos tostaran nuestros labios a besos,
y éramos todos esos problema adolescentes que se pueden tener a la vez,
éramos la vergüenza, la timidez, el arrojo y la falsa indolencia.
Fuimos de todo y nos conocimos en invierno, no pudo ser casualidad...
Fuimos las bromas con mi apellido y con las formas que odiaba que me llamaran,
"Señorita Serrador, acuda a caja por favor",
y yo acudía a la caja a comprarte esas bebidas que te gustaban tanto y que a mi tanto asco me daban,
aún tengo unas alas por beberme en la despensa enlatadas y seguramente caducadas.
Fuimos sexo y fuimos algo parecido al amor,
pero no me atrevo a llamarlo así porque en su momento no lo sentí.
Bueno, mentira.
Lo sentí, pero intermitentemente, y creo que eso no es amor.

¿Y qué si te digo que te tengo en frente y me matan las ganas de mirarte,
pero no me dejo hacerlo porque no quiero que salga la niña tonta que te quería?
¿Y qué si pienso en todas las canciones que te dediqué y luego tú reutilizaste?
¿Y qué si paso por la columna de nuestro primer beso prácticamente todos los días,
y ya no me acuerdo de cuál era, pero sí del beso?

No te imaginas, ni por un segundo, lo bonito que es acordarme de ti,
y, ni por un segundo, te podrías imaginar cómo dueles.
Y aquí estamos, mandando mensajes embotellados para ver si con un poco de suerte,
llegan a nuestros respectivos puertos y nos queremos, de nuevo.


viernes, 11 de abril de 2014

# Qué destrozo tan bonito.

Quererte fue la locura más bonita que he dejado que me enajene en mi vida, y es que no conocía caos más perfecto que el de nuestra historia, ¿a dónde íbamos a llegar una loca como yo y una indecisa como tú?
Supongo que eso era antes, que ahora tú eres un poco más alocada y yo... Bueno, yo sigo siendo la misma tonta de siempre, eso ya lo sabes, solo que un poco más rota.

Creo que no puedo escribirte mucho más porque ya te lo sangré todo, pero el problema es que no sé qué me pasa o qué tienes, o qué me falta que ya sabes, una parte de mi, siempre, y como todo el mundo, pero siempre un poquito más, y menuda jodida putada.

En fin, no me hagas mucho caso, siempre he estado un poco gilipollas,
sobretodo desde que me enamoré de ti.

Ojalá no me hubieras roto de semejante manera, 
ni me hubieras dejado ir, -o más bien echado-,
por esa boca y ese otro nombre de mujer...
Ojalá.

"-¿Qué es lo que quieres, Sara?, ¿qué más quieres?
+ Lo único que he querido desde que te conocí es a ti"

Y me dio un beso en la frente, y se fue.
Y luego creo que no me desmayé al quedarme sin aire gracias a dos personas.
No sé, supongo que si fuera un gato ahí perdí una vida.

Porque se fue,
o eso dice la ausencia,
no sé.
"...Hoy miro al cielo y me veo a mí mismo, 
ha pasado mucho tiempo pero sigo siendo un crío. 
Espero que te acuerdes de cada tarde,
que recuerdes mi amor como el de nadie, 
que no me falles y me digas que no importo,
que todo fue mejor cuando empezaste con el otro. 
[...]
Parte de tu ser late y se conserva, 
No sé qué jode más, si verte o recordarte,
cuanto menos diste, más pude yo amarte 
¿Pero que más da? Ahora qué importa
Que son solo tonterías me decías, 
que yo era tuyo, y tú eras mía, 
o eso creía".



miércoles, 9 de abril de 2014

# Pasó lo que siempre pasa.

Me miraste como se mira un recuerdo y nos acabábamos de conocer, 
quizás fue amor a primera mirada, 
y yo te había mirado tanto antes sin saber quién eras...

Luego pasó lo que siempre pasa,
que nada sale como lo planeado y que por diez palabras tontas,
te fuiste.

Y yo siempre había diferenciado entre querer.
y querer querer,
y el amor siempre va a ser lo segundo,
porque antes que querer a una persona, 
está el querer quererla.

No sé si me explico, pero me importa una mierda si no me entendéis.
Ya sé que aparento menos daños,
siempre me lo dicen,
pero es lo que tiene que se pare el reloj
cada vez que piensas en lo que fue,
en lo que pudo haber sido, y en lo que no será,
ya lo sabe...
Estuvimos a nada de serlo todo.

Pero luego pasó lo que siempre pasa,
que nada sale como lo planeado,
y por un capricho echamos de nuestra vida lo que merecemos.

Socorro, te echaba de menos y me he vuelto a abrir la herida,
tráeme alcohol o tiritas. 



sábado, 5 de abril de 2014

# Oración:


Por tu culpa,
por tu culpa,
por tu gran culpa.


# Todo esto lo he escrito a partir de un "te odio":

Estoy pensando en cuánto te odio por no haberme querido y no me gusta,
porque tú para mi eras la persona, y no una más de cientos.
A veces pienso que jamás me voy a curar de tu enfermedad,
de tu nombre y de mi.

Es curioso cómo duele imaginarte queriendo a cualquier otra de la forma,
-de la única forma en la que siempre ansié que lo hicieras-,
-de la única forma en la que jamás te pediría que lo hicieras-,
porque tú sí puedes volver a querer como yo te quise,
pero yo todavía no he podido volver a ser yo.

Ya no me quiero, pero cuánto te quise...
Todavía no he salido del naufragio que me dejaste en el corazón,
y en la vida,
y cada vez
se me hacen
más cortas
las
frases.

Como la respiración.
Como las ganas,
de cualquier cosa,
si me acuerdo,
de ti.

Estoy cansada  de no quererte más,
de que no me hagas el amor,
y de que nunca quisieras hacérmelo,
de haberme enamorado de ti con todas las letras de la palabra
con todas las connotaciones y responsabilidades del verbo,
con todas las heridas que estaba dispuesta a hacerme por ti,
con todas las alegrías que estaba dispuesta a robarme
para dártelas,
a ti.

Pero tú siempre fuiste para mi o para conmigo como un pájaro,
libre,
como un cervatillo,
salvaje,
y no sé qué tiene, o qué me falta,
pero nunca deseaste mi lado de la cama,
ni mi lado izquierdo del pecho,
ni quedarte.

Y yo me arrancaba las alas para volverme tu nido...
Me convertía en estatua para merecer tu pedestal.
Me destrozada la vida para regalarte a ti mis rayos de sol,
en los días grises, -que aún no conocía-.
y que todavía no se han ido.

Lo que más duele es saber que nunca me has querido,
que me rompiste de tal forma que una parte de mi siempre te va a esperar,
y es una putada de las grandes, porque me destrozaste,
sin cura, sin posible reencarnación sin ir en tu busca,
que me rajaste la vida desde el pecho hasta los tobillos,
me la mataste; me mataste la energía, la fuerza, las ganas,
y la vida,
y lo peor,
es que tú, ni si quiera me hiciste sentir que tenía una.

Porque era tuya.

Y aquí estoy,
después de haber escrito todo esto,
pensando en romperme la piel con acero,
en el efecto catabólico,
en el ultimo beso que ni si quiera fue lícito.
Escuchando tu música,
imaginando tu pelo,
acordándome de aquella sonrisa
cuando me follaste
y sin saberlo
me terminaste de partir el corazón.

Así que a esto,
no le puedo llamar amor,
porque fue unidireccional,
y el punto de partida siempre fui yo.

Me volviste tabaco, droga dura y alcohol,
me volviste tristeza, odio hacia mi misma,
auto-destrucción.