lunes, 14 de noviembre de 2016

# Tonto

Besar para besarte es besar y besar de verdad es quedarse de puntillas el resto de tu vida, y no otra cosa y yo nací funambulista y ando de puntillas de punta a punta de tus costillas... 
Verte feliz es mi panacea.
Sonríeme, sálvame la vida.
En esta tabla cabemos los dos, Jack Fisherman.
¿Quieres ser mi primavera?
Te quiero tonto. Y besarte es volverse loco. Te quiero tonto, y besarte es todo lo que necesito. Te quiero tonto, en tus días grises y con tus tonterías.
Te quiero tonto. Tonto.
Y besarte es el cielo.

lunes, 7 de noviembre de 2016

# Paulov

Hoy Madrid huele a no me compares con nadie, a la insatisfacción en los espejos, la ausencia de pilares, a no tienes ni idea de cómo hubiera matado por tener tus manos aquellas noches donde sólo me arropaba el frío. Pero créeme, a Madrid le disparé en la nuca y lo dejé morir.

Madrid fue transición, una estafa, un duelo. 
Lo siento, de verdad, 
pero es que yo ya odiaba a Madrid desde antes.

El primer día que pisé Madrid lloré,
 el último no, y eso dice todo lo que tengo que decir.

Que me matan las ganas de comerme el mundo si empiezo por tu boca, no me jodas, insaciable, quererte es echar amor a un saco roto... No bautices esto aún como naufragio, todavía hay remolinos en ambos vientres, alimentándose de las dulces mieles del amor... ¿Cómo puede alguien enamorarse del veneno, del rechazo?

Ni París es tan bonito ni yo he amado después de ti. Vivo en pompas que explotaban cada vez que volvía a verte. Es siete de noviembre, siempre llego tarde, pero este es mi sueño, a prueba de balas, y esta tu vendetta...

¿Pero cuándo hemos acabado tú y yo?
Como si por decir adiós se estrangulara al corazón.

Da igual lo que escriba, lo que salga de mi cerebro exprimido, todo esto es un fracaso, no ves más allá de cíclope, no ves más allá de lo de fuera. Sé que me comprendes.
No puedo querer a nadie que no sea capaz de matar por ti, y eso me incluía a mi.
No puedo querer a nadie que no sea capaz de morir por mi, y por desgracia, eso no te incluye a ti.

Pero siempre es así, por la noche mientras llueve o por las mañanas cuando la gente
parece ser feliz de otra manera, nosotros siempre igual, tú tirando de un extremo de la cuerda y yo del otro, y cada uno tirando con toda su fuerza. Creo que después se rompe y no gana nadie, nunca gana nadie, siempre dos almas partidas, parecidas y esparcidas. Equidistantes. Nos poseemos pero nadie es dueño de nadie, sólo somos dos animales que se muerden y rasguñan, y después lloran mientras ven cómo el otro sangra...

Pero aquí seguimos, tú donde no quiero que estés, y yo donde no quiero estar.

Vete, ven, vuelve. 
Reléeme...
Elige tú al gato, ¿vivo o muerto?


Yo ahora soy como el perro de Paulov.

jueves, 11 de agosto de 2016

# Si me dices ven... Pero dime ven...

Me quemé con las cenizas de aquel amor al que prendimos fuego. A veces llegabas tarde y me acariciabas cuando dormía. No creo que haya una forma más bonita de decirle a alguien que le quieres.
Y me querías. Aquellas noches.
Yo nunca supe lo que sentía por ti, porque nunca lo había sentido por nadie. Entonces estaba perdida, sí, pero jamás deseé tanto que no me encontrasen .

Fue maravillosa, (y te lo digo ahora cuando ya es tarde),
esa forma de matar a la tristeza...

viernes, 22 de julio de 2016

# Puching ball

Soy un puching ball, un títere, una farsa. Soy un adhesivo por contrato, por cortesía.
Extraña vaya donde vaya, siempre culpa mía.
Ajena a lo cercano, solo experimento la felicidad lejos de casa o a solas. No hubo nadie cuando me estaba matando, todos miraban a otro lado o simplemente ninguno me estaba mirando.
No hubo nadie cuando no tenía lugar, cuando se quebró mi planeta en tantos trozos que ahora no soy capaz ni de encontrarme... No hubo nadie ni lo habrá.
No había nadie cuando lo necesitaba, menos cuando lo deseé. Soy una egoista pero siempre lloro a solas. Soy una egoista pero mi mierda es mía y que nadie la toque, y que nadie me la quite, y que nadie se atreva a ofrecerse voluntario para sufrirla conmigo, y mucho menos por mi.
Soy una egoista. Lo siento, supongo; es que rompo todo lo que toco. Soy un cactus con el doble de espinas. La mitad hacia fuera, la mayor parte hacia dentro.
Mi felicidad milimétrica supeditada a los antidepresivos, hija del desastre, sonrío, me disfrazo de valiente, soy fuerte, me digo, pero aquí conmigo vive el cierzo porque soy su madre y mientras yo sin entender por qué me abrace casi quien me abrace, sigo teniendo frío...

miércoles, 22 de junio de 2016

# Tempus fugit.

Un remolino mordiéndome los dientes se acerca sigiloso para decirme que estoy en un periodo extraño. Mi sangre se coagula y todo el universo da vueltas sobre mi hasta que me desoriento.
Desería que fuera más fácil, pero siempre fui de equivocarme por miedo a no saber qué habría pasado. El azar nunca me quiso.
Supongo que yo tampoco.
Hoy puedo decir que después de cargar veintiún años conmigo, he aprendido que el tiempo no es un ladrón ni un enemigo, que antes de quitar, da, que soy lo que sé y que no puedo besar el agua porque nací para arder. Aunque duela.
El tiempo no es amigo de nadie, pero a ti nunca te olvidaré.

lunes, 13 de junio de 2016

# Ojalá.

Corre, te estoy dando ventaja. Cuando cierre del todo la puerta no se te va a abrir ninguna ventana.
Juega, explora y descubre, y ojalá te despiertes un día y sientas no haberlo sentido. Y sientas habértelo perdido todo. Y sientas ese vacío que yo llamo hogar desde que eres el único que tiene las llaves de mi vieja casa.
Si eres cruel lo aprendiste de mi, no lo dudo. Pero lo mío era involuntario. Un acto reflejo. Un arma de doble filo; y te juro que yo era quien más se clavaba la daga.
Era una enajenación mental pasajera contra mi misma.
El efecto secundario, el daño colateral, fue estar ciega.
Ojalá un día te despiertes y sepas que no puedes hablar de mi con ella en la cocina. Ojalá que un día te de tanta pena saber que sólo tú sabes que existí como a mi que ya no existías cuando la luz llegó a mi vida.

domingo, 5 de junio de 2016

# Nada.

¿Pero qué quieres que te diga? Si vivo más de noche que de día, que aprendí a silvar porque tenía miedo, que sólo se llorar palabras y que estoy harta de que nunca me receten música y silencio. 
¿Qué esperas de mi, si ni si quiera sé quién soy? Si he aprendido a no escucharme y a moverme por inercia. 

¿Qué    coño    queréis   de mi? Si sólo sé agachar la cabrza y moderme la lengua y vomitar hasta la bilis? 

¿Qué   coño   esperáis   de mi? Que escucho llorar a mi madre y ya soy incapaz de temblar, que cambié de ciudad por alguien y me fui de esa misma por el mismo alguien. 

Yo, que soy una veleta, una peonza mareada, un mar de sangre, un pozo de lágrimas, no espero nada de madie y aún así me decepciono. No sé confiar y tengo miedo a mis iguales, así que dime tú, 
qué 
coño
esperáis 
de mi, 
si ni si quiera sé donde estoy.


viernes, 22 de abril de 2016

# Mordiscos al aire.

El problema surgió cuando empecé a temerle más a la pérdida que al engaño,
-esto fue ya hace años-
cuando edulcoré el dolor para que el resto de venenos no fueran insípidos a la boca,
-esto también-
quedé inhabitable e inexpugnable, un castillo vacío siendo yo mi propia ocupa.
-En realidad todo lo hice por idiota-

Tener estos palacios artificiales implicó evitarme los principios y voy saltando de final en final, soy Bambi en medio de un puto incendio. Respiro mirando hacia dentro, la música es luz, y la luz el silencio. Primero vino el miedo al fuego, después a la sombra, me miran con sus ojitos de locura, como si yo fuera una santa, una diosa, o una maldición cualquiera... Pero hace tanto frío aquí dentro... Y nadie se acerca. Soy una cinta rebobinando hacia delante y corriendo hacia atrás. No sé muy bien dónde estoy.

La sed vino primero. Y luego vino la costumbre de estar sediento, y cuando estaba mi sangre ensimismada en el desierto que este cuerpo era, le di a los ojos el privilegio de ser la extensión de la herida, y me morí de sed; como cualquiera.
A mi, que he vencido al temor de abandonar lo que quería para luchar por lo que merecía me han llamado puta, poliedro, bruja, rastrera, me han adjudicado enfermedades que ni padezco y me han hecho responsable de desastres que no estaban a mi altura. Ellos se han reído y han esperado el ataque, y yo avancé sin mirarles porque era una gata bailando sobre su tejado de zinc caliente.

Y si tú no lo entiendes no me conoces.
Y si tú no lo entiendes todavía eres un cobarde.

Grita, corre, juega, folla, malvive, siente lo que quieras, roba, o envenena o cura el cáncer o recicla o desnúdate o bájate las pasarelas, hazte pirata, puta, comandante, policía, bombero, mago, arcoiris, mariposa, hazte una bola de papel al final de la papelera una fruta podrida en la nevera, el moho de ese trozo de pan, hazte magia o hazte polvo, consume, vende, explora, gasta, huele, suda, restriega, besa, muerde, muere. Pero cuidado, a veces confundimos lo que queremos con lo que merecemos, y lo de que no hay que rendirse nunca nací sabiéndolo, como un sentido innato, pero lo de que hay cosas por las que no merece la pena luchar aún lo llevo a rastras como un lastre que me mutila y pide libertad. 

De todos los milagros yo tuve que quedarme con el de ser capaz de odiarme y recomponerme en la misma vida a costa de mi misma.

Yo ya lo he perdido todo, incluyéndome,
sólo por ganarme un poquito más,
aunque sea mentira, o aunque no sea del todo verdad,
¿qué más quiero... para qué os voy a engañar?


sábado, 9 de abril de 2016

# Incendium ignis.

Vamos a suponer que te echo de menos. Que la caja donde está el gato se mueve pero que no sabemos si está vivo o muerto. Vamos a suponer que se cae el cielo y nos pilla mirándolo y no pasa nada. Absolutamente nada. 

Nada.

Y todo. Que lo arriesgo todo y tiro por la borda dos años y un libro y quemo una ciudad entera para revolcarme entre las cenizas.

Vamos a suponer, por ejemplo, que me vuelvo loca y resisto a la tentación de decirte que te quiero odio, que mastico las flores y te regalo las espinas, que un rayo no cesa y nos atraviesa por la mitad mietras Hernández se rie de nosotros desde ahí arriba.

Vamos a suponer, si podemos, que todo sale mal, y que por eso mismo todo sale bien, 
y viceversa. 

-De error a error y te beso porque no me dejas.-

De pregunta en pregunta y mientras tanto yo en medio, partiéndome los huesos, fagocitando un nuevo monstruo, volviéndome ciega.
Yo, que sólo buscaba que me temblaran las piernas, que me llevaran al baile, que confiaran en mi a partir de las seis... Cervezas...

Y me he encontrado buscando un tunel al final de la puta luz.

El hombre no descubrió el fuego hasta que tú naciste,
y si tú eres el fuego, 
yo quiero jugar hasta quemarme.

Derretirme en tu infierno y que se salve quien quiera.

sábado, 27 de febrero de 2016

# Metástasis.

Una cárcel, una fosa común, un ascensor estropeado, una noria en mitad de un apagón, un herido de bala y ningún médico en la sala. Un huevo frito sin sal, tu yogurth favorito pero sin azúcar. Cuando sólo se escucha la música por un auricular, la herida en el talón que te hacen esos zapatos. El perro que no ladra, la mariposa que al tocarla te mancha los dedos con su polvo dorado y ya no puede volar. Un mago sin chistera, una chistera sin paloma, un pájaro sin alas. La playa sin palmeras, el arcoiris sin su cofre detrás, una nevera que no enfría, un verano lloviendo, tres otoños sin sobrevolar hojas secas. Un reloj que no hace tic-tac, una película en alemán y sin subtítulos. Un dragón que no sabe escupir fuego, un león que no puede rugir, una mano fría en la espalda a las tres de la mañana. Un circo sin payasos, un patio sin niños, una ciudad sin palomas, una tristeza sin lágrimas. Frío en El Cairo, un oso polar de color negro. Un billete de avión que no se va a utilizar, dos platos de comida china que ya no se piden, una pizza sin queso, una metástasis, unas 'buenas' noches si beso.

Una cama para dos donde sólo duerme uno.


# Los victoriosos.

No estoy bien del todo, pero disimulo como lo hacen los campeones. 
Como puedo.

He tenido conversaciones atroces conmigo misma, peleas a muerte con el pasado, y aunque he sobrevivido, el que ganó ha sido él porque de noche no se vuela, sólo se arrastra la locura.

El pasado y sus estragos... Peor que el fuego y el naufragio.

Yo me enamoro siempre de las espinas porque sé que los monstruos están hechos de flores, y no me importa sangrar como un cadáver degollado mientras espero una señal, una luz, un destello... Quizás porque me empeño en ver donde no hay, quizás porque siempre me traiciona el corazón...

Debería sonreír y ser una mujer con más libertad en el alma, una niña que sonríe porque ha crecido sin matar su infancia, un pájaro. Quizás nací para ser pájaro, por eso debería volar alto y no a ras de suelo, pero es que siempre he tenido la estúpida manía de arrancarme las alas para no perder de vista los ojos que no me miraban.

Una herida por dentro se cura con tiempo, ¿pero cómo me curo yo, si una vez me enamoré y se quedaron mi reloj?, ¿cómo me perdono por no terminar de perdonarme, si una vez me dijeron 'todo está bien', pero dejaron de hablarme? 

¿Qué hago?, ¿qué hago si el monstruo de debajo de la cama es mi voz y mi memoria?

Debería minimizar todos estos destellos de dolor, los días con poca música pero mucho frío, pero es que a veces para superar una herida, hay que aceptar la cicatriz, mirarla con mimo, besarla, entender que no existe porque ella eres tú misma, y yo aún sigo pensando mucho más de lo que digo, sintiendo mucho más de lo que hago, siendo mucho menos de quien soy. 

Porque no sé hacerlo, porque no puedo ir más rápido... Aunque quiera. Aunque lo necesite.

Y quizás aceptar que aún te queda camino por recorrer hacia delante hasta volver al principio, sea curarse. 

Un paso más. 
Un salto. 
Una elección correcta cuando encuentras una bifurcación en el camino y ambas te dan miedo. 
Crecer sin renunciarse. 
Florecer, de nuevo... Aunque sea en invierno.

No estoy bien del todo, disimulo como puedo, 
porque soy una campeona, 
y los campeones se levantan siempre del suelo...


domingo, 21 de febrero de 2016

# Los tres amores.

Dejad de darle tanta importancia al primer amor,
a ese que os propulsó al infinito y luego os tiró de los pies hacia abajo
para daros un porrazo,
los amores más importantes de tu vida son tres,
y ninguno de ellos es el primero.

El más importante eres tú,
porque si no te quieres,
no es que no puedas querer a nadie más,
eso es mentira,
la frase siempre ha estado mal escrita,
es que no vas a poder sentir que nadie más te quiera.

El segundo más importante es tu último amor,
¿a quién coño le importa el primero si ese no se queda?
Yo nunca he querido ser el primer amor de nadie,
yo quiero ser el último,
por eso nunca discutía en la fila del colegio por ir delante,
“los últimos serán los primeros”.

Y el tercer amor de tu vida es tu segundo amor,
quiero decir,
joder, dale las gracias,
una avalancha de aplausos,
porque es el que no has hecho comprender
que después de todo hay esperanza,
que el amor existe más allá,
y que lo que pensábamos que nunca volvería a pasar,

pasa.


domingo, 14 de febrero de 2016

# Catorce de febrero.

Que no puedo volver atrás pero que no importa porque a veces el tiempo no existe. Que todas las puertas se quedaron abiertas cuando las cerró. Que a veces, todavía, incluso me molesta la música, que es mi único Dios, si no escucho su voz. Que para mi corazón basta su pecho y para mi libertad sus alas. Que París no es tan bonita porque ya no me besa. Que si todos los caminos conducen a Roma recuerde que al revés es amor y yo le he querido y le quiero de todas las maneras posibles como un pájaro quiere al árbol y como un pez el rayo de sol que se cuela en el océano. 

Que nunca había sentido un impacto de luz más fuerte que el de aquél beso, y eran las dos de la mañana. Que lo siento. Que daría casi cualquier cosa por volver a empezar. Que no supe aprovechar los instantes como debía y que me faltaron noches por dormir a su lado. Playas y conciertos y aviones y trenes. Una casa y mil sueños y dos niños y una vida y media. Que si tuviera que elegir, haría lo de siempre, elegirle siempre a él. Que la distancia no se mide en kilómetros, sino en tiempo... Pero claro, no puedo tener prisa ni echar de menos porque el tiempo no existe. 

Que su voz es lo único en este mundo capaz de curarme el vacío. Que todo lo que le escriba se va a quedar corto porque nada le alcanza, ni se compara, ni se iguala. Al fin y al cabo, que le quiero. Y que no puedo hacer nada más. Que he corrido a contracorriente y he acelerado contra todo pronóstico y contra mi porque siempre he sido de las que necesitan estrellarse para rectificar. Que gracias. Que buenos días. Que buenas noches. 

Que olvidar es imposible si no se quiere olvidar. Que si el pasado no vuelve, ¿por qué le seguimos teniendo miedo? Que el sol no canta desde que no está... Que la luna ya no llora, ya no gime, ya no está...

Ya no hay nada, desde que no está.

Si pudiera abrirme en canal le diría, como mínimo, que lo más cerca que he estado de mi misma ha sido él, y que su piel de nieve hacía arden el rojo de mi sangre.
Le diría, como mínimo, que será inmortal y que es inolvidable.

Como mínimo, al fin y al cabo, que le quiero.


jueves, 28 de enero de 2016

# Qué vas a saber.

Qué vas a saber tú de amor, que no has dejado que un silencio te mate, que una mentira se diluya en el tiempo, que un miedo te corroa la boca o que un adiós salve su vida aunque destroce la tuya.
Qué vas a saber tú de amor si nunca le has visto llorar, ni le has oído dormir, ni le has palpado el paladar con la punta de tus pálpitos. 

Tú que nunca has temblado si te miraba, que nunca has encogido el cuerpo porque esperabas la espalda y era la caricia quien llegaba.

Qué vas a saber tú de amor, si dices que serías capaz de matar por él pero nunca te has suicidado. Tú, que no te has perdido por si a caso se marchaba ya, que nunca le has robado las agujas al reloj para parar el tiempo, que no has mutilado flores por cobarde y por ciego.
Tú, que no has dejado que te devore la noche a la espera de un 'te quiero' que no ha llegado.
Qué vas a saber de amor si lo más cerca que has estado de él, es ante la obviedad... Qué vas a saber tú... Si conoces su nombre pero no lo has repetido una y otra vez en tu cabeza como si fuera un transtorno obsesivo compulsivo para gabártelo a fuego, para grabártelo a fuego, para grabártelo a fuego, para grabártelo a fuego, para grabártelo a fuego...

Si su paz no te da tregua, si su tregua te es insipida y no envenena tus tic-tacs... Dime qué vas a saber tú del amor si te preguntan por él y en lugar de una cara, a tu mente llegan ideas. Frases. Cómputos de teorías...


Resumiendo, nada.


martes, 19 de enero de 2016

# El secreto peor guardado del mundo.

Te quiero como se quieren las cosas partidas, deseando arreglarlas.
Tengo un arsenal de armas y curas en las manos y en la boca y una muralla delante que sólo tú puedes bajar con la que me estrello cada día como si ningún hueso se partiera o como si ningún cansancio habitara mi espacio.
Y el peor secreto del mundo es el que conoce todo el mundo pero el que nadie asciende a creer: lo que más duele no es que no te quieran, es que no lo quieran hacer.
O, en cualquier caso, que no sepan si quieren hacerlo.
Cicuta edulcorada, migajas, restos que insuflan.
Pero siempre queda esperanza, porque la hija de puta no es la última que se pierde, es que no se pierde nunca, y... Las cenizas también queman 
y las cenizas también prenden.

Pero es que antes llegaba y nos besabamos y nos acostábamos y hacíamos el amor como fieras hambrientas y como si se nos fuera la vida en ello, y casi se nos iba de verdad porque tocábamos cielo y gloria y a la vida desnuda arrodillada a nuestros pies, y ya no. 

Ya no.

Ese es el problema, que ya no...

¿No?


viernes, 8 de enero de 2016

# Metamorfosis

Suena a traición pero fue amor,
abandoné todas las estrellas y
fui capaz de renunciar a mi.

Me disfracé de puta,
de médica, de madre,
de abogada,
fui tu amiga y tu novia
y tu gata.

Fui tu perra, tu despertador,
me casé con canciones que no quería bailar,
y me aprendí de memoria todas las palabras
que no te gustaban,
acepté tus normas para hacerte reír,
me sentí tu circo,
tu feria.


Soy consciente del problema
que supone ser capaz de transformarse
por cumplir los deseos de otra persona,
pero es que era inhumano cómo me miraba,
cómo no caer rendida ante sus rayos…