miércoles, 22 de junio de 2016

# Tempus fugit.

Un remolino mordiéndome los dientes se acerca sigiloso para decirme que estoy en un periodo extraño. Mi sangre se coagula y todo el universo da vueltas sobre mi hasta que me desoriento.
Desería que fuera más fácil, pero siempre fui de equivocarme por miedo a no saber qué habría pasado. El azar nunca me quiso.
Supongo que yo tampoco.
Hoy puedo decir que después de cargar veintiún años conmigo, he aprendido que el tiempo no es un ladrón ni un enemigo, que antes de quitar, da, que soy lo que sé y que no puedo besar el agua porque nací para arder. Aunque duela.
El tiempo no es amigo de nadie, pero a ti nunca te olvidaré.

lunes, 13 de junio de 2016

# Ojalá.

Corre, te estoy dando ventaja. Cuando cierre del todo la puerta no se te va a abrir ninguna ventana.
Juega, explora y descubre, y ojalá te despiertes un día y sientas no haberlo sentido. Y sientas habértelo perdido todo. Y sientas ese vacío que yo llamo hogar desde que eres el único que tiene las llaves de mi vieja casa.
Si eres cruel lo aprendiste de mi, no lo dudo. Pero lo mío era involuntario. Un acto reflejo. Un arma de doble filo; y te juro que yo era quien más se clavaba la daga.
Era una enajenación mental pasajera contra mi misma.
El efecto secundario, el daño colateral, fue estar ciega.
Ojalá un día te despiertes y sepas que no puedes hablar de mi con ella en la cocina. Ojalá que un día te de tanta pena saber que sólo tú sabes que existí como a mi que ya no existías cuando la luz llegó a mi vida.

domingo, 5 de junio de 2016

# Nada.

¿Pero qué quieres que te diga? Si vivo más de noche que de día, que aprendí a silvar porque tenía miedo, que sólo se llorar palabras y que estoy harta de que nunca me receten música y silencio. 
¿Qué esperas de mi, si ni si quiera sé quién soy? Si he aprendido a no escucharme y a moverme por inercia. 

¿Qué    coño    queréis   de mi? Si sólo sé agachar la cabrza y moderme la lengua y vomitar hasta la bilis? 

¿Qué   coño   esperáis   de mi? Que escucho llorar a mi madre y ya soy incapaz de temblar, que cambié de ciudad por alguien y me fui de esa misma por el mismo alguien. 

Yo, que soy una veleta, una peonza mareada, un mar de sangre, un pozo de lágrimas, no espero nada de madie y aún así me decepciono. No sé confiar y tengo miedo a mis iguales, así que dime tú, 
qué 
coño
esperáis 
de mi, 
si ni si quiera sé donde estoy.