miércoles, 22 de junio de 2016

# Tempus fugit.

Un remolino mordiéndome los dientes se acerca sigiloso para decirme que estoy en un periodo extraño. Mi sangre se coagula y todo el universo da vueltas sobre mi hasta que me desoriento.
Desería que fuera más fácil, pero siempre fui de equivocarme por miedo a no saber qué habría pasado. El azar nunca me quiso.
Supongo que yo tampoco.
Hoy puedo decir que después de cargar veintiún años conmigo, he aprendido que el tiempo no es un ladrón ni un enemigo, que antes de quitar, da, que soy lo que sé y que no puedo besar el agua porque nací para arder. Aunque duela.
El tiempo no es amigo de nadie, pero a ti nunca te olvidaré.